domingo, 18 de enero de 2015

Envidia.

Quizás suene muy feo y quizás la palabra envidia resulte insultante para muchas personas pero, yo creo que es algo normal. ¿Acaso no has visto como el amor de tu vida sonríe con su pareja, y piensas en lo bello que sería ser esa persona a su lado? La envidia no tiene nada de malo cuando no lo haces con la intención de dañar a esa o esas personas que lo poseen.
El martes me enferme, por lo que no fui a clases desde el miércoles pero crean me que el regreso a la preparatoria después de las vacaciones de invierno fue horrible. Yo sola me encargue de finalizar rápido un ciclo pero no lo cerré bien, ahora se puede decir que realmente estoy sola.
El martes lloré... me sentía horrible, me sentía una broma o un mal chiste que quiso contar la vida. Lloré sin razón. Debo confesar que me siento atrapada... tengo un diario, le nombre C. C. S. (Conflictos Creencias y Sueños), sí. Justamente como en los ojos de mi princesa. En fin, les diré que paso. Mi mamá leyó mi ccs. En sí, no llevaba mucho escrito pero ese no es el punto. El punto es que exigen una confianza que no se ganan... eso me hace tener más razones para desconfiar de ellos.

Regresando al tema, la envidia es algo que anhelas tener... y como dije, será bueno o malo según tu manejes la situación.

En fin, haré una lista de las cosas a las que les tengo envidia:

1.- Gente que sonríe sinceramente porque sí.

La gente es feliz, eso en una parte me hace feliz a mi pero a veces siento como si me lo restregarán en la cara y realmente me hace sentir impotente.

2.- Chicas delgadas.

Yo muriendo por igualar y ellas brillan con luz propia... madre mía.

3.- Familias unidas.

Simplemente... sin comentarios.  No tengo ánimos para hablar por ahora de ello.

Y por último...

4.- Chicas inquebrantables.

Algún día amigos, algún día.

—Lunática.

jueves, 1 de enero de 2015

Capítulo piloto (El rincón de los sueños —novela—).

                Tic, tac. Tic, tac. Tic, tac. Tic, tac.

                Parecía como si las manecillas del reloj de pared se negaran a ceder. Estaba a tan solo dos minutos de que sonará el timbre. Ya tenía un plan, por supuesto. Ella ya tenía todos sus cuadernos y útiles en la mochila. Iba a ponerse en pie y saldría lo más rápido que pudiera. Empezaría a correr pisando la salida y seguiría así hasta llegar a la tercera parada de autobús, donde seguramente ellos ya habrían cedido.

                Ring, ring. Ring, ring. Ring, ring.

                Los tres timbres anunciaron la salida. Se colgó su mochila y salió a paso apresurado. La rubia la miró salir. Mierda...

                Cruzó los extensos pasillos del vestíbulo escolar. Los alumnos hacían desorden, se empujaban los unos a los otros, reían, hacían bromas. Ella tenía la vista al frente, aunque cada vez que alguien pasaba frente a ella bajaba la mirada y se estiraba las mangas del suéter. Acelero el paso. Logró salir de los infinitos pasillos y camino de manera intrépida hacia la salida.

                Justo como lo planeo, piso el exterior y empezó a correr lo más rápido que pudo. Con una mano sujeto su gorro, ya que el aire lo quería volar fuera de su cabeza. Dio una rápida mirada hacia atrás, nadie la perseguía. Aún así no se confió. Siguió corriendo por afuera del instituto. Sólo había una forma de cruzarse con ellos, y era que ellos se le aparecieran por la entrada principal. No le importo y siguió corriendo.

                Tomo aire y sintió un nudo en el estómago. Tres segundos...

                Sintió como le sujetaban el suéter por detrás. Uno.

                Después de haber sido jalada, fue empujada. Dos.

                Cayó, por poco, de cara. Tres.

                — ¿Qué ha pasado, rarita? ¿Necesitas lentes? —habló la rubia.

                —Creo que también necesitará frenillos después de ese golpe —indicó riéndose el seboso.

                Frida estaba harta. Estaba harta de que la trataran como les viniera en gana, pero no iba a dejar que vieran que le afectaba. Ella sería fuerte, no importaba que pasara... ella no les iba a dar el gusto. ¡A joderse todo! Se puso en pie, sacudió su uniforme, acomodo su mochila, se coloco el gorrito de forma adecuada y les dedico una mirada.

                Ellos siguieron insultándola pero no le importo. Estaba dispuesta a cruzar la calle y tomar el camino largo a su casa. Necesitaba caminar, calmarse y respirar el aire fresco. Frida puso un pie en la carretera.

                (...)

                — ¡No puedo creer que hayas hecho que te suspendieran por tercera vez en el año, Alejandro! Harás todo por cambiar tu comportamiento o yo misma me encontraré con tu padre para tomar la decisión final.

                — ¡A mí no me importa, mamá! Por mi, mándame con mi padre a China si tú quieres. Para lo que me interesa...

                Su madre soltó una carcajada amarga y sarcástica.

                —Por favor Alejandro, no me vengas con eso. No estoy pensando mandarte con tu padre ya. Si no cambias tu actitud, te mandaré a un campamento militar.

                — ¡No puedes hacerlo!

                — ¡¿Quién lo dice?! ¿Eh?

                —La ley. Tengo apenas dieciséis.

                —La ley dice que puedes ingresar cumpliendo diecisiete, y bueno, para eso no falta mucho jovencito.

                El semáforo cambió a rojo.

                — ¡Pero faltan cuatro meses para eso!

                —Cuatro meses suficientes para que aprendas a comportarte. Será mejor que empieces desde ahora, Alejandro.

                Alex bufó y se cruzó de brazos. Miró hacia la ventana.

                (...)

                Iba a lograrlo, iba a dejarlos atrás... pero entonces, paso esto.

                — ¡Hey! —Gritó apenas sentir que su gorro se deslizaba fuera de su cabeza—. ¡Devuélvanmelo!

                —Pero si me queda genial —soltó Oscar poniéndose el gorro. Frida se lo quitó a la fuerza y se dispuso a cruzar corriendo. No importaba ponérselo en ese instante.

                (...)

                Cerró los ojos. El semáforo cambió a verde.

                (...)

                Frida sintió la adrenalina.

                (...)

                Las llantas sonaron bruscamente y el abrió los ojos de golpe. El estrepitoso freno de su madre lo dejo aterrado.

                (...)

                Frida abrió los ojos y se miró. ¡Estaba bien!

                (...)

                Alex miró a la extraña pero tierna chica que casi atropella su madre. Cabello castaño, despeinado y enmarañado. Complexión normal. Ojos avellana... tenía la misma mirada que  pondría un cordero al mirar algo desconocido.

                (...)

                Frida miro a la señora al volante, luego al chico que supuso que era su hijo. Sentía que su corazón latía a mil por hora. Solo podía pensar en una cosa... miró a su izquierda para comprobar lo que temía: los tres medio cerebro y la rubia, se reían de ella. Frida miró su gorro en el suelo y se agacho para recogerlo y colocárselo rápidamente.

                Unos ojos verdes la observaban desde en frente y la hacían sentir incómoda, como un chiste... siempre se sentía así cuando la miraban.

                (...)

                Vaya... con gorro se veía más tierna de lo que pensaba.

                Un bip-bip lo aturdió. A su izquierda, su madre sonaba el claxon.

                — ¡Vamos niña! ¡Muévete del camino!

                (...)

                Frida reacciono y termino de cruzar la calle. Siguió con su plan de irse a casa, el cual le funciono ya que ellos no la siguieron.

                (...)

                Su madre piso el acelerador y siguió conduciendo. Los autos detrás de ellos se quejaron por el cambio de semáforo a rojo.

                — ¡¿Pero a ti qué te pasa, mamá?! ¡¿Casi la atropellas y luego la apresuras?!

                — ¡Ella cruzó la calle de forma descuidada! Y además, ¡¿tú quién te crees para hablarme así, eh?! ¡Soy tu madre! ¡Tenme un poco de respeto!

                — ¡Mamá, pudo haberse hecho daño!

                — ¡Pero no fue así y fin de la discusión! —gritó su madre dando por finalizada la conversación. El repitió la acción anterior a aquello. Bufó, cruzó los brazos y se dedico a mirar por la ventana. Ya se desahogaría más tarde con los chicos.

                (...)

                Estaba exhausta, solo quería dormir. Extrañamente... no tenía hambre. ¡Bien! Eso significaría que no tendría que aguantarse el hambre, o mejor aún, vomitar si es que comía. ¡Bienaventurados los que no tienen hambre! Cruzó la plaza y se dirigió a la caseta de vigilancia.

                —Buenas tardes, señor Javier.

                —Buenas tardes, Frida. Miguel ha tomado tu bicicleta, lo siento mucho... no lo he podido detener.

                Frida sonrió.

                —No se preocupe. Gracias por avisarme.

                —Por nada, buen día.

                —Igualmente.

                Frida se alejo de la caseta y paso la plaza. Se dirigió a casa de Miguel, su mejor amigo desde hace seis meses. Todo comenzó cuando él la vio llorando en el "árbol especial". Él la consoló, aunque siendo sincera... la primer reacción que tuvo al verlo fue miedo. Bueno, cualquiera se asustaría si viera a un chico de cabello azul... ¿no? En fin, Miguel y ella son muy parecidos, han pasado por muchas cosas, sus padres son divorciados y viven con sus madres. Ambos son risueños, soñadores, sensibles y con muchos secretos... aunque bueno, entre ellos aquello no es secreto.

                Llego a la casa de su mejor amigo. Toco el timbre dos veces y puso sus manos detrás de ella. Empezó a ocultar sus manos en sus mangas.

                — ¡Gorrita!

                Frida se giró y vio al peliazul dando vueltas en su bicicleta. Sonrió.

                — ¡Azulito!

                Miguel se acerco hasta ella. Se bajo de la bicicleta ágilmente y llego hasta ella. La abrazo. Frida le devolvió el abrazo. Rió en su interior... Miguel técnicamente era diez centímetros más alto que ella. La cubría perfectamente.

                — ¿Qué tal la escuela? —pregunto Miguel quitándole la mochila y poniéndosela él. Frida se negaría a aquello, pero Miguel no se lo permitía... así que dejo de intentarlo al mes. Aquello se hizo una rutina. También, al principio Miguel le quitaba el gorro, pero dejo de hacerlo cuando entendió que a Frida no le resultaba divertido.

                — ¡Pésima! Me volvieron a perseguir y me quitaron el gorro. Además, ¡casi me atropellan!

                — ¡Dios, Gorrita! Si esos te siguen jodiendo, iré yo a romperles la ma...

                — ¡Miguel!

                —Ya, pues. No diré groserías.

                Risas.

                —Bien, pero que conste son unos hijos de la... —Frida lo fulmino con la mirada— son unos hijos de la madre que los parió —dijo Miguel sonriendo. Frida rió.

                — ¿Trajiste las películas?

                —Creí que no lo preguntarías nunca —dijo Miguel enseñándole las películas—. Zombieland, estado de emergencia, rec, rec dos, rec tres, rec cuatro y zombies nazis.

                —Perfecto —sonrió.

                —He preparado fruta picada.

                —Doble perfecto.

                Risas. Miguel le paso el brazo por detrás del cuello y entraron a casa de Miguel.

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sábado, 27 de diciembre de 2014

"El rincón de los sueños".

Antes que nada, ¡feliz navidad, amigos! Perdonen la falta de actualización pero es que no disponía de mi tableta.

En fin, hoy les vengo a dar una confesión: soy escritora. Empezaré una novela llamada "El rincón de los sueños", la cual publicare aquí en mi blog. Y bueno, ya es tarde así que les dejo la sinopsis. Los quiero, linda noche.
Pd: Agradezco a la princesa Lorelei por añadirme a los blogs actualizados. Es un honor, amigos.
—Lunática.

Sinopsis.
¿Alguna vez te has despertado de un sueño que parecía perfecto? ¿Tu vida es una mierda y todo lo que quieres es que llegue la noche y recurrir a tus sueños? Bueno, felicidades. Tú, al igual que Frida, Miguel, Rubí, Jenisse, Dan y Alex son algunos de los elegidos para ingresar al rincón de los sueños, o como cualquier idiota medio cerebro llamaría... el rincón de los raritos.

Sabemos que nuestra mente es poderosa y tiene posibilidades infinitas pero... ¿hasta dónde llegan sus capacidades?

Una novela que incluye fantasía, romance, realidad, tristeza y emoción. ¡Próximamente en mi blog!

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jueves, 4 de diciembre de 2014

Gustarse a sí mismo.

"Era de día, yo estaba con él. Él me sonreía y me acompañó a casa. Nos besamos como despedida... entre a casa. Mamá estaba limpiando mientras bailaba al ritmo del cha-cha-cha. Mi papá hacía la comida. Sonreí. Volteé hacia el computador y mi hermano no estaba allí. Salude a mis padres con un beso en la mejilla y subí las escaleras. Busqué en todas las habitaciones pero no encontré a mi hermano... baje y escuche el portón abrirse. Era mi hermano que llegaba, estaba sonriendo y abrazando a una chica. Él tomo aire y suspiró antes de hablar.
—Ella es Ana, mi novia... la acabo de recoger del aeropuerto. Estará un año aquí y luego regresará a Madrid.
Mis padres se miraron. Yo los mire a ellos y mi papá sonrió con ternura.
—Bienvenida a la familia, Ana.
Fue un momento bastante emotivo. Mi mamá le ayudó a mi papá a servir la comida y nos sentamos a comer. Contamos como fue nuestro día y reímos con las imitaciones que mi hermano hacia del rubius.
Terminamos de comer, cada quien lavo su plato y siguió con lo suyo. Me cepille los dientes y me fui a casa de mi mejor amiga a hacer la tarea... cuando terminamos, salimos un rato a andar en skate donde nos encontramos a nuestros otros amigos. Todos corrieron a abrazarse y saludarse. Yo me quedé de pie, admirando lo que tenía. Sin duda podría decir que estoy llena de...

Bip, bip, bip.
...infelicidad. Apago la alarma y me pongo la almohada sobre la cara. Cierro los ojos queriendo volver a aquel sueño, pero no. Solo veo negro.
—¡Despierta de una vez, Lunática! ¡Llegaremos tarde si no te das prisa! —dijo mi mamá despertándome.
Salió de mi cuarto dejando la luz encendida. Me quedé acostada otro minuto y luego me paré; cerré la puerta con seguro y me acerque a mi armario para tomar mi uniforme... Lunes, los odio. Aunque bueno, en realidad odio todos los días (a excepción de los fines de semana). Mientras me vestía me veía en el espejo... estoy más delgada pero eso no significa que este delgada. No puedo ver mis costillas, muy apenas se notan mis clavículas. Agh, me odio. Me conecté en Facebook en busca de un mensaje... nada. Él estaba conectado pero no me hablaba. Me metí a su perfil y vi otra publicación que le hizo su ex-novia; el le comentó un corazón. Vale, suficiente masoquismo. Salí de mi habitación y entre a la de mi mamá. Ella estaba terminando de maquillarse y dándole unos últimos retoques a su peinado. Llegué al espejo e hice mi rutina. Vi mis ojeras, la grasa que tengo cuando aprieto la barbilla contra el cuello, mi acné, el poco pero aún así ligeramente notorio vello en del área del entrecejo, la forma de mi cara... Suspire. Tome una liga y recogí mi cabello en una coleta alta. Tomé uno de mis listones y lo enrede ocultando la liga. Mi mamá salió del cuarto y bajo a hacer el desayuno. Tome el rizador de pestañas y el rímel... hice lo que pude. Seguí viendo mis defectos y en eso entró mi hermano. Traía como siempre el celular en la mano intentando agarrar el internet del vecino.
—¿Qué? —me preguntó.
Negué con la cabeza y regresé a mi cuarto. Guarde mis útiles y en eso empezaron las prisas de mi madre '¡Ya es tarde! ¡Den se prisa! ¡Se quedan!', y como siempre siguieron los gritos de vuelta '¡Ya vamos! ¡Ya deja me! ¡Que ya voy!'.
Baje las escaleras y vi a mi papá despertándose molesto en el sillón... se molesta todos los días. Fue a la cocina y se preparo su café. Después subió al cuarto de mi mamá y saco su ropa para ponerse a planchar lo que usaría ese día. Mi hermano bajó después y conectó el internet... lleva aproximadamente un año con su novia que vive en Madrid.
—Deja ese celular ya.
—Ya deja me.
—No, no te voy a dejar.
Bla bla bla.
Me desconecte mientras miraba el burrito de picadillo que quedó ayer... en las mañanas no tengo apetito, y mi mamá lo sabe ¿por qué sigue obligándome a comer?
—Come Lunática.
—No tengo hambre mamá.
—¿Cómo que no vas a tener hambre si nunca cenas nada? Te va a venir dando una anemia y yo no quiero que te enfermes. Dejando de comer no vas a adelgazar...
Ella siguió hablando pero ya no la escuchaba, la ultima frase siempre me deja pensativa: 'No vas a adelgazar...' ¿Por qué mierda tiene que hablar de la comida? No siempre es por la maldita comida.
—¡Qué comas!
—¡AGH! —grite.
Tome el primer burrito y me lo comí, el segundo igual pero ya con un poco de mal estar. Dejé mi plato en la cocina y me cepille los dientes. Tome mi mochila y actualice Facebook... aun no me contestaba. Escondí mi dinero en el sofá y salí de casa. Subí al carro y puse música. En el camino al colegio iba escuchándolo mientras me imaginaba coreografías de hip-hop, además de que reanimaba mi sueño en mi imaginación.
Treinta minutos después ya estaba bajando del carro y entrando a la preparatoria. Mi hermano se fue por su lado agarrando el internet libre como podía. Entre a mi salón y me senté en mi lugar. Miré las mochilas de las chicas con las que me junto y suspire... sonó el timbre y entraron todos al salón. Las clases fueron normales, no ponía mucha atención, guardaba silencio, de ratos sacaba el móvil para leer en wattpad... otro timbre, receso. Salí con mis 'amigas' y nos sentamos afuera a conversar, aunque bueno, yo solo reía cuando ellas reían y me limitaba a escuchar y sonreír. Al principio yo conversaba con ellas muy animada, supongo que tenía ánimos porque les iba a pedir a mis padres que me cambiaran de colegio, pero cuando me dijeron que no... me torne demasiado depresiva.
Sonó el timbre que significaba regresar a clases. Entramos y tomamos asiento. Ellas entraron con celulares en mano leyendo conversaciones que habían tenido la noche anterior con sus novios. El maestro entró y volví a mi modo automático.
A la salida, como ya era costumbre, no espere a las chicas, salí directamente a la oficina en la que trabajaba mi mamá. Me senté en silencio y saque el móvil. Entre a Facebook y ya había un mensaje de él, un simple 'Jaja' se leía... le conteste con la verdad: 'Odio tu Jaja'.
Él se desconecto.
Iba a escribir otra carta más para el cuando me llegó un mensaje... mi mejor amigo. Empezamos a hablar demasiadas tonterías y yo comencé a sonreír. Mi mamá me aviso que ya nos íbamos y me despedí de Antonio. Lo quiero demasiado, es una persona que siempre esta para mi. El trayecto de ida fue igual al de receso. Llegamos a casa y ya tenía un hambre voraz. Llegue a la cocina, saludé a mi papá y me serví.
Quería comer nada más un plato pero no resistí y comí otro... es inevitable cuando tu papá cocina tan delicioso.
Subí a mi cuarto y empecé a hablar con mi otro mejor amigo... seguí sonriendo. Mi hermano subió y empezó a hablar por llamada con Ana. Mi mamá se quedó abajo para seguir con su trabajo.
Mi papá subió al cuarto de mi mamá, se cambio de ropa y se fue a su otro trabajo. Hice mi tarea hablando con mis amigos, cuando llegó otro mensaje.
'A mi no me gusta tu punto al final, pero lo sigues poniendo'.
'Lo hago porque sabes que amo la caligrafía'.
'Pero me molesta'.
'Bueno, intentaré no ponerlo'.
'Ok'.
Agh.
'Sabes que también odio el ok...'
'Pues así soy yo'.
'Él...'
'Ya tengo sueño, hablamos luego... Adiós'.
'No digas adiós...'
Leído a las 10:35 P. M.

Me rendí. Me metí debajo de las sábanas, deseando poder regresar a ese sueño que tanto amo... lloré en silencio hasta que me quede dormida.
—Lunática... te hemos estado esperando.
Adiós realidad de mierda, me gusta más la idea de dormir para siempre".

Bueno, técnicamente este que les relate, fue un día común y corriente en mi vida. ¿A alguien más le pasa esto? Creo que sí. La vida es una zorra, y más aún cuando te muestra un lado tan horrendo como el que muchos vivimos.
¡Bienaventurados los que pueden comprar su "felicidad"!
Realmente es horrible tener que pasar por esto. Un día, peleando, él me dijo: "¡Es que tu te encierras en tu mundo de tristeza! He perdido la cuenta de las veces que he querido darte la mano, ayudarte a salir de tu "pozo de tristeza", pero tu no te dejas. Tienes baja autoestima, eres solitaria y masoquista. Te aferras a vivir en la obscuridad y yo ya no quiero intentar ayudarte más, no lo pienso hacer. Solo te diré que si quieres cambiar, haz lo que yo. Yo pinto mi realidad porque se que es una mierda, pero lucho por cambiar eso."

¡A VER!
Gente, usen su cerebro. ¿Creen que las personas nos levantamos un día queriendo estar en un pozo de tristeza en el que todo es negro para nosotros? Sí, claro. Los lunáticos nos levantamos todos los jodidos días pensando "voy a llorar, a hacerme antisocial y a tener baja autoestima". ¿No es genial? Podemos agarrar un cuchillo y cortarnos las venas por diversión, ¡se siente el dolor! Es genial llorar, podría hacer actriz porque me encanta llorar al recordar que mi mundo es una mierda. Por Dios gente, los filósofos hicieron revoluciones para promover el uso de la razón como para que ustedes no quieran darle cuerda al hámster en su cabeza.

¿Me diste la mano tantas veces? Te amo demasiado, ¿crees que si me hubieras dado una mano la habría rechazado? A lo mucho me quisiste ayudar dos veces, y en las dos veces te echaste para atrás y me decepcionaste. ¿Ya no te vas a meter en mis problemas? Espera, ¿qué eso no habías dejado de hacerlo hace ya dos meses? Jum... no lo entiendo. Te quejas, te quejas y te quejas. Sabes... eres como los demás. Creí que me entendían, pero no. Querido Quejicus: Me reclamas que no me gusto como soy y que por eso no le puedo gustar a alguien más pero, es mucho más fácil gustarse a uno mismo cuando alguien más gusta de ti, ¿no es verdad?

Gustarse a uno mismo... ¿qué es eso? ¿Me ayudará a adelgazar? ¿Lo puedo vender para comprar un boleto e irme a vivir a Portugal? ¿Me puede matar? Bueno, quizás si te ayude a adelgazar o quizás no (depende de ti); no, no lo puedes vender... y no, puedes morir en el intento pero gustarse uno mismo no mata. Gustarse es aceptación, saber que tienes defectos pero que esos defectos te hacen la persona que eres. Gustarse es verse en el espejo y no hacer una mueca de disgusto. Gustarse es sonreír cuando alguien te hace una critica (ya sea constructiva o dañina). Gustarse a uno mismo es tener autoestima elevada. Gustarse a uno mismo es ser feliz con la vida que tienes.

¿La gente nace odiándose?
¡Claro que no! Los niños son inocentes, son buenos y puros. Sería estrepitoso que un niña de tres años se viera al espejo y dijera: "Mami, ¿por qué soy tan gorda y fea?", ¿entienden? Recuerdo que a mi valía todo de pequeña... siempre había sido muy feliz independientemente de quien quisiera hacerme sentir mal... aunque si lloraba, siempre fui demasiado sensible. Todo comenzó por eso de mis nueve o diez años, cuando salía jugar con los vecinos y las vecinas de la cuadra, y precisamente el niño que me gustaba me dijo "gorda". JAJAJA, ¡muchas gracias, amigo! Fuiste parte del inicio de mi baja autoestima (actualmente sigue siendo mi vecino y me lo topo de vez en cuando pero no sé... es decir, se que hemos cambiado pero es que he sufrido demasiado y el formo parte de las personas que rompieron mi escudo y me arrebataron mi espada. Algo así no se olvide con simpleza). También fue mi hermano alguien que provocó mi baja autoestima... cuando el tenia once y yo nueve a el le empezaron a gustar mucho las luchas; se hizo todo un fan de la WWE y esas babosadas (en mi opinión). El y yo jugábamos a las luchas y nos divertíamos. Un día le regalaron un celular y el empezó a descargar música de la WWE. Entonces todo comenzó... cuando llegaba con mi hermano, el ponía el tema de Big Show (Big Show es un luchador enorme, gordo y musculoso. Yo no estaba musculosa pero si estaba gorda). Eso se empezó a ser diario y si empezaba a llorar, el me decía "no aguantas nada". En fin, allí comenzó mi baja autoestima... y realmente creo que es horrible como alguien puede decirle cosas tan horribles a otra persona. ¡No lo entiendo, amigos!

¿Qué hacer para gustarse a uno mismo?
Me gustaría ser quien para decirles que hacer, pero no puedo. Solo tengo quince años. Pero les daré un consejo: Refugiense en las personas que los aman. Hay gente que nos quiere muchísimo enserio pero nosotros nos negamos a verlos. Busquen a esas personas, personas que te apoyen, que sean tus pilares y tu soporte. Yo ya no me corto y eso gracias a dos personas que puedo llamar mis mejores amigos (ambos hombres, no tengo mejor amiga), con ellos estoy demasiado DEMASIADO agradecida por darme la mano cuando estoy a punto de soltarme para caer por la barranca. Hay gente que te quiere, buscala. Si algún día te sientes solo y por alguna razón llegas a leer esto, deja me un comentario y te responderé.

Esto es todo lo que puedo decirles por ahora, y eso es porque yo también estoy buscando como gustarme a mi misma para salir de "mi pozo de tristeza" (como le llama él). Pero, estamos juntos, juntos saldremos del pozo, amigos. ¡Animo!
—Lunática.

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miércoles, 3 de diciembre de 2014

Posibles preguntas que se pueden hacer de mi.

Bueno, hace un rato subí mi primera entrada... creo que antes de entablar una "conversación" (por así llamarle) entre ustedes y yo, es importante que me conozcan. Así que responderé las dudas que quizás tengan de mi.

1.- ¿Cómo me llamo realmente? Bueno, eso creo que lo deje en claro en la entrada anterior. No pienso decir mi nombre ni dar la cara.

2.- ¿Cuántos años tengo? Tengo ya casi dieciséis.

3.- ¿De dónde soy? De México.

4.- ¿Por qué decidí hacer un blog? Bueno, quisiera ser Cristina Grey y poder decirles con autoridad "porque quiero y puedo"... na, mentira. Lo hice porque quería desde hace tiempo compartir mi opinión y mi forma de pensar. Muchas chicas suben sobre Ana y Mía... y pues yo no quería quedarme atrás así que... aquí estoy.

5.- ¿Soy anoréxica/bulímica o sufro de algún "trastorno" de ese tipo? Quiero empezar ACLARANDO que hay una enorme diferencia entre ser Ana y ser anoréxica. Yo soy fanática de las entradas de la princesa Lorelei, ella comparte mi opinión y sinceramente desde que leí su blog me sentí identificada. Ser anoréxica implica el no tener control, es una enfermedad en la que la chica o el chico se ve relativamente gordo frente al espejo, usan mentiras, no comen incluso durante semanas, hacen ejercicio excesivo y llegan incluso a cortarse el estomago a tal nivel que llegan a dar con la entrada a la muerte. Las Ana's tienen control de mismas, saben que su cuerpo necesita nutrimento y se alimentan; toman agua, son sanas, hacen ejercicio y lo mas importante: tienen en mente que el objetivo es ser delgada, no ser una figura de palillos de dientes andante. Las anoréxicas recurren a ello cuando les hacen un mal comentario, tienen problemas, necesitan amor y atención (así nos lo han mostrado siempre). Las Ana's lo hacen por ellas, no porque los demás quieran verla delgada; saben lo que valen y son objetivas... tienen la mente abierta. En fin, luego haré una entrada sobre esto. Soy Ana, a veces Mía e intento no cortarme más (antes lo hacía).

6.- ¿Qué tipo de música me gusta? Me gusta de todo tipo, pero sobre todo el rock, electrónica, indie y pop.

7.- ¿Fanática? . De Nirvana, Blink-182, Fall out boy, Oasis, Ariana Grande, One Dirección, Justin Bieber, libros (sobre todos Eleanor & Park), skateboarding, ballet, hip-hop, porrista (no lo soy, pero me gustaría... estoy aprendiendo lo básico por mi cuenta, al igual que el ballet.), películas y videojuegos sobre zombies y poesía (Mario Benedetti).

8.- ¿Experiencias malas? Muchas, luego las compartiré.

9.- ¿Color favorito? Azul.

10.- ¿Novio? No, y en proceso de des-enamoramiento.

Sí algún día llegan a leer esto y tienen más preguntas... comenten y yo les daré respuesta(;
—Lunática.

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¡Bienvenidos!

Hola, un gusto. Como leerán (o leyeron) en el título de mi blog, he decidido nombrarme Lunática Lovegood, en honor a Luna Lovegood de la saga de Harry Potter; esto para mantenerme en anonimato por muchas razones... así que no esperen que de la cara, porque no lo haré.

En mi blog son permitidas las criticas, los comentarios, adulaciones, opinión y lo que venga. No pediré que no me insulten porque se que muchas personas lo harán, y técnicamente cree un blog para compartir mi opinión y si no les gusta a los demás, no me voy a poner a reclamarle el que no le guste como pienso. Si quieres seguir leyendo haz lo, si no... ¿qué haces aquí, amigo? Tus asuntos te aguardan en otra página.

Lo que no pienso permitir en mi blog, es que insulten a otra persona. ¡Agh! Moriría por la bilis si no fuera tan inteligente como para saber que comentarios tomar en cuenta y que comentarios no. Cuando digo que no pienso permitir insultos hacia los demás, no me refiero a que me pondré a pelear cual gata con perra... sólo diré mi opinión (obviamente argumentada) y escucharé sus puntos de vista. Si me dicen algo a mi, crean me que me da igual... por mi digan lo que les venga en gana. No me dirán nada que no haya escuchado ya, ni siquiera algo que yo no sepa ya de mi. Conozco mis virtudes y también mis negatividades, si van a mandarme a la mierda ni se molesten... yo ya vivo en un mundo lleno de ella.

En este blog son bienvenidos todos, no discriminación, no injusticia, no desigualdad, no más. En fin, es todo lo que tengo para decirles como para darles una idea de mi...

Es un gusto conocerlos, comenten(;
—Lunática.

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